Hay que encontrar con unos nuevos sistemas tradicionales de construcción de edificios, ya que sustituye por completo los diferentes componentes en los que se basa dichos sistemas de construcción, como son la utilización de: arena, arcilla, ladrillo, cemento, cal, yeso, consumo de gran cantidad de agua…
Los diferentes materiales utilizados actualmente para la construcción, así como los procedimientos de extracción de materias primas conlleva un alto costo de energía, transporte, y que además de emitir emisiones de polvo sutil y emisión de C02 a la atmósfera, deterioran enormemente el medio natural, los bosques y cambian el hábitat natural que incluye la fauna y flora.
En efecto, los edificios son responsables de más del 40% del consumo energético de la UE, así como son responsables del 30% de las emisiones de CO2. Sólo, en España existen 25,2 millones de edificios. A finales de 2020, los edificios nuevos deberán cumplir con las Directivas europeas de “Eficiencia Energética” y para los edificios del parque inmobiliario de los estados miembros. El concepto de eficiencia energética aplicado a la edificación requiere un cambio radical que aporte innovaciones en esta dirección, los edificios tienen que comportarse como si de una “Máquina Termodinámica” se tratara, es decir, acercarse a la energía 0.
Se trata de un “nuevo método de los sistemas de construcción” que puede aprovechar el sector de la construcción para innovar en la incorporación de nuevos materiales, sistemas y tecnología eficientes desde el punto de vista energético. La “Nanotecnología” y las nuevas tecnologías ofrecen también un gran potencial, para la renovación de millones de edificios existentes al objeto de hacerles energéticamente eficientes.
Construir edificios más sostenibles, adaptar los existentes reduciendo el impacto ambiental y gestionando de manera más eficiente los recursos naturales. Ello pasa ineludiblemente en primer lugar por limitar de forma relevante el uso de algunos de los elementos constructivos que han formado parte en los actuales sistemas de construcción, como es el caso de la arena, arcilla, ladrillo, cal, cemento, yeso, agua, etc.
El CO2 que se emite como consecuencia del uso de los combustibles fósiles es un gas de efecto invernadero y modifica las condiciones en las que la atmósfera regula los intercambios energéticos con el entorno, así como la temperatura y otros fenómenos climatológicos adversos. La consecuencia de todo ello es el cambio climático, que nos afecta y nos afectará mucho más si no tomamos medidas urgentes y con visitón global hacia el desarrollo de vida sostenible, que para ello necesita una transición no sólo energética sino también de transición de pensamiento hacia nuevos modelos de desarrollo urbano, sostenible e inclusivo. Pero no sólo se trata de construir edificios sostenibles y sin emisiones de CO2, se trata también de que los mismos sean inclusivos para las personas sin capacidad económica en muchas partes del mundo.
El desarrollo de los proyectos anteriormente indicadas están en consonancia no sólo con la resolución de los problemas medioambientales, sino que también están inspiradas en las “actuales reglamentaciones y desafíos de la Unión Europea, que son de obligado cumplimiento para los Estados miembros de la UE, entre ellas las Directivas Europeas de Eficiencia Energética”.