Desde Naciones Unidas, se están haciendo planes para asegurar que los “Objetivos de Desarrollo Sostenible” se puedan cumplir de forma adecuada. La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible se adoptó en un una cumbre de alto nivel en 2015, donde se presentaron un conjunto de metas de desarrollo sostenible universal, orientadas a la acción, dando lugar a una alianza mundial renovada para el desarrollo, con el respaldo de la sociedad civil, el sector privado, los parlamentarios y la comunidad científica y académica.
Sin una acción urgente sobre el cambio climático por la comunidad internacional, la humanidad puede enfrentarse a un futuro sombrío. El último informe del “Grupo Gubernamental sobre el Cambio Climático” solicitó la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, que han aumentado recientemente a niveles peligrosos, debido en parte a una excesiva dependencia de los combustibles fósiles que emiten CO2 y una baja dependencia de las fuentes de energía renovables.
El crecimiento económico sostenido y el desarrollo sostenible dependen del desarrollo de fuentes de energía sostenibles. La iniciativa del Secretario General Ban Ki-moon “Energía Sostenible para Todos” reúne a líderes de nivel superior de todos los sectores de la sociedad (gobiernos, empresas y sociedad civil). El objetivo de esta iniciativa es transformar los sistemas de energía del mundo, garantizando el acceso universal a servicios de energía modernos duplicar la tasa mundial de mejora en la eficiencia energética y duplicar la cuota de las energías renovables en el conjunto de fuentes de energía.
Por otra parte, el Desarrollo Sostenible en el contexto europeo viene de la mano de la Estrategia 2020 presentada por la Comisión Europea en marzo de 2010, y que sustituye a la Estrategia de Lisboa aprobada en el año 2000, ofrece una visión de lo que será la economía social europea en el siglo XXI. La estrategia muestra cómo la Unión Europea podrá salir reforzada de la crisis y transformarse en una economía inteligente, sostenible, e incluso con niveles de empleo, cohesión social y productividad elevados. Y para ello propone tres prioridades que se refuerzan mutuamente:
- Crecimiento inteligente: desarrollo de una economía basada en el conocimiento y la innovación.
- Crecimiento sostenible: promoción de una economía que haga un uso más eficaz de los recursos, que sea más verde y competitiva.
- Crecimiento integrador: fomento de una economía con alto nivel de empleo que tenga cohesión social y territorial.