Dar al proceso de desarrollo una cada vez mayor dimensión, tanto social como ética, se está convirtiendo en una verdadera necesidad. Asistimos perplejos a un retroceso de la confianza entre los actores políticos, institucionales y los mismos ciudadanos, que hace que tengamos que recuperar lo mejor del ser humano, como son una serie de valores y dimensiones, donde lo social y la ética se coloquen en el centro del proceso de desarrollo. Se precisan de innovaciones relacionas con la Innovación Social. De esta forma, la creación de “laboratorios de interacción social” nos permite abordar diferentes temas como son la inclusión o la transformación de las ciudades, de modo que las personas afectadas por el proceso pasen de la pasividad a ser sujetos de la acción, y por tanto “ser” parte de la posible solución.
De esta forma los laboratorios de interacción social nos permitirán abordar simultáneamente varias cuestiones, como el envejecimiento de la población, la inclusión social o la transformación ecológica… de las ciudades. Estas estructuras se basan en los siguientes elementos principales: la creación conjunta, la exploración, la experimentación y la evaluación.
Todo ello implica la movilización, desarrollo de capacidades, proyección y la supervisión de los resultaos obtenidos. Pero también se facilita el desarrollo de acciones de democracia participativa, que como hemos visto en la ficha relacionada con la “participación” está adquiriendo una gran importancia, ya que la ciudad se convierte en una ciudad que es “negociada” y se acuerda conjuntamente con la gobernanza institucional.
También se precisa de un componente básico como es el del “Capital Social”, para que se pueda aprovechar las capacidades existentes en una ciudad, participativas para trabajar juntos para abordar los retos que se quieren conseguir, además de ser un factor fundamental para fomentar la capacidad emprendedora y creación de empresas.
Pero sobre todo, el capital social es también un verdadero revulsivo para el desarrollo de la “Innovación Social” como factor clave del desarrollo de las ciudades. Así de esta forma, se van a encontrar satisfacer las necesidades sociales, que no hayan podido encontrar encaje por la misma estructura social y por la Gobernanza Institucional, generando al mismo tiempo nuevos modelos de colaboración en una sociedad que necesita una innovación abierta a la sociedad.
Por su parte, la ética es fundamental en este proceso y tiene necesariamente que ir presidiendo nuestras actuaciones. Debemos de incentivar que las conductas sean las adecuadas, sean legitimas además de justas y solidarias, por parte del Estado y de los ciudadanos/as, con el fin de experimentar formas de Gobernanza basadas en la innovación y la creatividad al servicio del desarrollo de Sociedades del Conocimiento Sostenibles e Inclusivas.