Como tratar de resolver el fenómeno de la inmigración. Una cuestión que salta las alarmas tanto de organismos, e instituciones y la misma sociedad, donde no sólo nos ponemos de acuerdo como revolver este desafío, sino que al mismo tiempo genera controversias y división interna, entre países e instituciones a nivel mundial.
Si bien es cierto, que la inmigración ha jugado un papel relevante en la aportación de riqueza a los países contribuyendo de forma importante al aumento de la economía y la sociedad, también es cierto, que en algunos países, ha provocado un auténtico rechazo por motivos también económicos y de seguridad. La ONU considera la inmigración como un derecho que debe ser regulado. La inmigración no sólo debe servir para crear riqueza en los países de acogida, sino que también contribuya al desarrollo en los de origen.
El secretario general de la ONU dijo que la sociedad se encuentra en “la era de la movilidad global” y definió a la migración como “una fuerza de la naturaleza que no se puede parar”. En esta misma línea, uno de los objetivos fundamentales de la Unión Europea es contar con una política de inmigración europea completa, con visión de futuro y basada en la solidaridad. La política de inmigración tiene por objeto establecer un enfoque equilibrado para abordar tanto la inmigración legal como la irregular.
La Unión pretende desarrollar un nivel uniforme de derechos y obligaciones de los inmigrantes regulares comparable al de los ciudadanos de la Unión, bajo el principio de solidaridad. A medio y largo plazo, las orientaciones que propone la Comisión tienen cuatro vertientes: reducir los incentivos a la inmigración irregular; gestionar las fronteras salvando vidas y garantizando la seguridad; elaborar una política común de asilo más sólida; y establecer una nueva política de inmigración legal mediante la modernización y revisión del sistema de tarjeta azul, la determinación de nuevas prioridades en materia de políticas de integración, y la optimización de las ventajas que la política migratoria brinda a las personas y los países de origen.
Tras las dificultades halladas a la hora de adoptar una disposición general que cubriese toda la inmigración laboral en la Unión, el enfoque actual consiste en adoptar legislación sectorial, por categorías de migrantes, con el fin de establecer una política de inmigración legal a escala de la Unión.
Entre estas consideraciones más bien de deseo, en un clima de incertidumbre y de confrontación dialéctica de quienes ejercer el liderazgo político de este desafío tan importante, asistimos impasibles ante un cúmulo de acontecimientos que asoman alguna de las vergüenzas más amargas del ser humano. En efecto, los ahogamientos en el mediterráneo, la falta de respeto de los derechos humanos y otras muchas cuestiones, son objeto de debate y pensamiento de una sociedad del siglo XXI, en donde prácticamente ningún organismo, e institución es capaz de dar talla ante uno de los desafíos más importantes que actualmente tenemos como es la inmigración.