Las ciudades de hoy están transformándose de forma constante y rápida, ya que de seguir como estamos hace inviable su desarrollo de forma sostenible. Muchos e importantes son algunos de los desafíos que actualmente tenemos: sociales, tecnológicos, económicos. medioambientales, seguridad, inmigración, empleo, formación y de tránsito de pensamiento, entre otros.
Por una parte, la presencia de algunos de éstos desafíos, ya sean relacionados con el cambio climático, desastres naturales, agotamiento de los recursos naturales, la seguridad, entre otros, nos está provocando una preocupación constante. Se puede apreciar fácilmente, como cada vez con mayor intensidad como los desafíos ecológicos, medio ambientales y energéticos, van de la mano.
Por otra parte, algunos otros, como son los desafíos relacionados con la seguridad, la inmigración, la contaminación, la ciberseguridad…por decir algunos de ellos, ya nos están superando a todos, ya que éstos desafíos no pueden abordarse si no es desde un planteamiento estratégico de carácter global, y si se me apura decirlo, en algunos casos, están adquiriendo un carácter existencial.
Los avances tecnológicos, la aparición de nuevos modelos de negocio y la imperiosa necesidad de amortiguar los efectos de la desigualdad y pobreza, así como paliar los devastadores efectos del cambio climático, entre otros, hace que las ciudades de todo el mundo tengan que prepararse lo mejor posible para afrontar dichos desafíos, lo que obliga a incorporar en las estrategias de la Gobernanza Institucional un proceso de desarrollo sostenible y en muchos casos resiliente.
Si hay dos acontecimientos recientes de nuestro desarrollo económico y social, que están provocando una auténtica revolución en nuestra sociedad, son por una parte la “Economía Digital, gracias a los avances de internet y otras tecnologías. El otro, es, sin lugar a dudas el de la “Economía Circular”, como un nuevo modelo de desarrollo, que identifica una serie de procesos de nuestra economía.