El desarrollo sostenible del sector energético en la Unión Europea y en el mundo, en lo que afecta a aspectos medioambientales y de la seguridad de suministro está fuertemente relacionada con la mejora de la eficiencia energética. En este contexto los sistemas de cogeneración o sistemas de energía total están reconocidos como una de las herramientas principales para conseguir alcanzar los objetivos europeos de mejora de la eficiencia energética.
La cogeneración es la producción simultánea de electricidad y calor en el punto de consumo final. Es una forma de acercar la generación de electricidad al consumidor y de aprovechar “in situ” tanto la electricidad producida como el calor generado en el proceso.
Esto es debido a sus beneficios consistentes en el ahorro de energía primaria, las pérdidas evitadas y la reducción de emisiones, en particular las de efecto invernadero. Además, la cogeneración contribuye positivamente a la seguridad de suministro y a la competitividad de los Estados Miembros de la Unión Europea. Por todos estos motivos, la promoción de los sistemas de cogeneración de alta eficiencia es una prioridad Comunitaria.
La microcogeneración está compuesta por un equipo de pequeña potencia (menos de 50kW) que se adapta con facilidad y bajo coste a las instalaciones domésticas de agua caliente sanitaria y calefacción. Existen tres tecnologías para las viviendas, los motores de combustión interna similares a los automóviles, los motores de combustión externa tipo Stirling y las microturbinas. Esto es debido a que se reducen las pérdidas de energía en el transporte y distribución de electricidad, además de una reducción de emisiones de CO2. Los rendimientos de la microgeneración son muy elevados, si tenemos en cuenta que el rendimiento de las centrales convencionales se sitúa entre el 35% y un 58%.
Como se puede apreciar las ventajas de la microgeneración son varías, desde que se reduce el consumo de energía primaria, al generar la electricidad en un lugar cercano al punto donde se consume, hasta cubrir la demanda energética de la vivienda, reducción de emisiones de CO2, entre otras. Una buena regulación en la Gobernanza Institucional en este ámbito de actuación es fundamental para el desarrollo de modelos de desarrollo sostenible e inclusivo.