La robótica y la automatización jugarán un papel creciente en los servicios de la ciudad. En efecto, a través de la robótica se diseñaran máquinas capaces de desempeñar tareas que hasta ahora las realizaba el ser humano o que requerirán el uso de inteligencia. Por su parte, la automatización será el acto y la consecuencia de automatizar dichas tareas.
Aunque estos conceptos se suelen utilizar en el entorno de la industria, el concepto tendrá un mayor ámbito de actuación llegando a la realización de cualquier actividad relacionada con la vida diaria de las personas.
La robotización conjuntamente con la informática permitirá cada vez más alcanzar un grado mayor de automatización, que tendrá ventajas, como por ejemplo, las derivadas de ahorro de tiempo, pero también podrán tener consecuencias negativas, ya que podrá sustituir a la mano de obra, y tener efectos sobre el empleo.
Lo importante, es que el ser humano en todo caso, pueda ejercer el control o supervisión de dicho proceso desde una perspectiva amplia, ya sea limpieza, seguridad e infraestructura, en definitiva afectará de forma sustancial en el desarrollo de los sistemas relacionadas con la edificabilidad e infraestructuras de las ciudades, en especial a lo que ha denominado las “Smart Cities”. La inteligencia artificial y la robótica avanzan y amenazan a 1,1 millones de trabajadores en el mundo, pero el ritmo de la automatización no podrá sustituir a los empleados tan rápido como auguran los pronósticos.
Los nuevos software de la inteligencia artificial ya consiguen leer y analizar un texto o discurso. Esto es el llamado procesamiento del lenguaje natural. Esta nueva tecnología ya comienza a introducirse en el trabajo de los profesionales. La Unión Europea se ha visto en la obligación de comenzar a crear una normativa debido a la rapidez con la que la inteligencia artificial irrumpe en nuestra sociedad y en nuestras vidas.