Introducción
La irrupción del SARS-CoV-2, nos ha desconcertado y ha puesto en evidencia lo vulnerables que somos, y por si fuera poco ha roto los esquemas de funcionamiento de las estrategias de desarrollo. La COVID-19 ha hecho reflexionar más si cabe ante los deficientes sistemas de innovación en los que se basan los actuales modelos de desarrollo económico y social.
En la situación en la que nos encontramos actualmente es urgente y prioritario, primero detener y vencer la pandemia del SARS-CoV-2, para después afrontar las causas reales que contribuyen a la aparición de la misma. Afrontar con determinación la lucha contra el cambio climático, la pérdida de la biodiversidad, la deforestación y la contaminación son clave para ello.
El uso de las tecnologías emergentes, como es el caso de la Inteligencia Artificial (IA), la tecnología Blockchain, el Big Data y otras tecnologías emergentes son una de las claves para la lucha contra el virus del SARS-CoV-2.
Pero también es necesario dotarnos de una mayor y mejor dimensión ética y social, además de una mejor comunicación entre ciencia y sociedad. Esto pasa necesariamente por la puesta en práctica de una nueva economía más respetuosa con las personas, el medio ambiente y los recursos naturales, como es la economía circular.
Nos encontramos ante unos desafíos de naturaleza global, que precisa de soluciones integrales y que requiere, por tanto, de una acción contundente y directa, no sólo de los Gobiernos, que tienen que liderar este proceso, sino es también un problema de todos los actores económicos y sociales, en el que todos debiéramos contribuir a ello.
Los Gobiernos deben de darse cuenta que no pueden estar anclados en el pasado de la realidad que nos rodea, de la incertidumbre que ello significa, ni tampoco puede hipotecar la vida de las generaciones venideras. Es hora de actuar, es hora que poner en práctica el conocimiento y es hora de una colaboración internacional acorde con la situación grave en la que nos encontramos, donde la Inteligencia Colectiva, datos abiertos, y las tecnologías emergentes deben ponerse al servicio de un desarrollo sostenible e inclusivo para combatir la pandemia.